Mi madre, Rosalba Rendón Ramírez, eternamente recordada como "la alhaja" (así la llamaba mi venerable, brillante y bondadoso padre) siempre le ayudó a los más necesitados física, espiritual, médica o económicamente; su afán era apoyarlos, contribuir a mitigarles sus hambres, alegrarlos con sus regalos en las fechas especiales de cada año; acompañarlos en algunos cumpleaños, primeras comuniones, fiestas.
Ella amaba a sus necesitados y en silencio le colaboraba a muchas personas.
Fue llamada por los dioses. a su reino, el 19 de Abril de 1994.
Su fortuna la compartía con ellos y su alegría era intensa y profunda cuando sentía que les servía. Consultaba sus malestares, los visitaba, les colaboraba para llevarlos al médico o compartir sus inquietudes o dolores. Su vida era servicio, atenciones, bondad, apoyo, benevolencia, palabras sencillas.
Desde que comencé a laborar y siguiendo sus bondadosos pasos, he seguido con su obra humanitaria y hoy, le aportamos con alegría y mucho amor, a varias familias de escasos recursos económicos un mercado, unas palabras, nuestra solidaridad, para ayudarles con su subsistencia básica, y esperanza.
Si desea apoyar, esperamos que consiga en un supermercado un mercado básico (así se le reconoce) y que contiene alimentos necesarios para la vida. Me avisa y nos ponemos de acuerdo para recibirlo y compartirlo. Si desea y lo permite, compartiremos acá su nombre, empresa o website. Amén.