Tras la leyenda de las mil y una noches orientales... que alguna vez tuve la dicha de leer, de disfrutar, de sentir, de vivir... pienso que los dioses, la vida, me premiaron significativamente con tu llegada a este complejo planeta azul. Siempre te escribo, te hablo, te opino, te comparto... mis mensajes electromagnéticos, que han sido y fueron vitales cuando estabas estudiando, muy juiciosa y convencida, en otros países, compartiendo conocimientos, experiencias, sentimientos, y cada día intento enviarte algún mensaje para que sepas que eres muy importante en mi existencia, que siempre te llevo en mi ser, en mi sangre, en mi pensamiento, en mi alma.
Cada día te siento más enamorada de la ciencia, de la tecnología, de la vida, del disfrute. Cada día quieres volar más alto y las personas que lo van logrando van viendo cada vez más claro y más lejos. Me siento muy orgulloso y dichoso sabiendo que eres mi hija, la prolongación mágica y mediadora de mi ser. En Agosto 14 de 2014 me regalaste unos preciosos, creativos y traviesos mellizos (Celeste y Martín) quienes con su ternura y talento van extendiendo hacia el infinito los dones compartidos por los dioses con este humilde PAPO que tanto te quiere y extraña.